Nota de Prensa

Por razones ecológicas, patrimoniales y turísticas CEx se opone a los parques eólicos en la Sierra de Santa Bárbara

Convergencia por Extremadura (CEx), apoyando la certera línea de actuación del conjunto del movimiento ecologista, siempre ha manifestado su postura en apoyo a las energías renovables y limpias, pero no a cualquier precio, y en este caso, el precio sería el tremendo impacto visual que sobre la ciudad proyectaría la implantación masiva de aerogeneradores en los aledaños de Plasencia.

Por otra parte CEx quiere reseñar que la gran proliferación de empresas dedicadas al montaje y explotación de los parques se debe a las subvenciones apetitosas que conceden desde, en este caso, la Junta de Extremadura; aunque bien es verdad que actualmente y debido quizás a la crisis, estas subvenciones han mermado considerablemente, por lo que muchos de estos proyectos no se implantaran; no por impedimentos jurídicos o políticos, sino porque ya no les interesa a los propios empresarios.

Muy unido, lo que decimos, a las causas del por qué si bajan las ayudas públicas no son rentables. Esto se debe, sencillamente, a que la inmensa mayoría de los lugares elegidos para la instalación no reúnen ni las suficientes horas de viento anuales, ni la suficiente fuerza que, de algún modo, pudiera compensar la falta de horas; así como a que muchos aerogeneradores necesitan una instalación de apoyo que suele ser de diésel para facilitar la puesta en marcha de las aspas.

Esto puede dar una idea, del gran pastel -y pasteleo- que se cocina en la denegación o concesión de los parques. Podemos recordar (y en las hemerotecas está para su verificación) unas declaraciones que en su día hizo la ex alcaldesa de Plasencia en la que decía lo siguiente: "Hemos hecho todos los deberes..., para que, en última instancia, si saliera adelante, tengan que negociar con nosotros en el futuro".

¿Qué significan, a la luz de estas evidencias, las palabras de la ex alcaldesa de Plasencia cuando dice "Hemos hecho todos los deberes..., para que, en última instancia, si saliera adelante, tengan que negociar con nosotros en el futuro"?

¿Por qué dentro del patronato de la fundación que asesora a la empresa que se quedó con el concurso público de los parques eólicos se encuentran políticos que pueden influir en la decisión final que se adopte por parte de las instituciones de las que forman parte, o de las acciones que estas deban emprender?

Desde CEx (Convergencia por Extremadura) se recuerda que en la Sierra de Santa Bárbara se pretenden ubicar 27 aerogeneradores (molinos) y en la Sierra del Merengue nada menos que 93 molinos; que algunos molinos se plantean a sólo 500 metros de la población, con el consiguiente impacto sonoro; que los aerogeneradores que se instalarían miden 120 metros de altura, más o menos como un edificio de 50 plantas, y cuyas hélices tienen 80 metros de diámetro, que es el largo de la plaza Mayor de Plasencia. Además CEx entiende que los alrededores de Plasencia ya aportan una considerable cantidad de energía de origen renovable a través de cuatro centrales hidroeléctricas con 350 megawatios de potencia y un número creciente de centrales solares y termo solares en proyecto.

En el aspecto turístico y patrimonial tanto la Confederación Empresarial de Turismo de Extremadura (CETEx), como la Asociación de Alojamientos Turísticos de Plasencia (Altup), han señalado que se debería de hacer partícipe a los empresarios del sector de las intenciones en relación a la ubicación de los aerogeneradores, "sobre todo en un proyecto como el de Plasencia, en el que se puede dañar la imagen patrimonial de la ciudad".

Otro asunto grave es la gran mortandad de aves que provocan: buitres, águilas, milanos, elanios, azores, búhos, murciélagos (mamífero)... todas ellas con su importante influencia en el equilibrio medioambiental, que no debemos de olvidar, acaba repercutiendo en nosotros.

Sin olvidar añadir que los aerogeneradores llevan los motores inundados en aceite y esta, en ocasiones debido a un excesivo calentamiento o a un fallo del sistema, arde; con el consiguiente riesgo de la provocación de incendios en su lugar de instalación. ¿Nos imaginamos uno en Sta. Barbara? Luego está la carga y los cambios de este aceite que han de hacerse periódicamente, en los cuales -está documentado- se vierte gran parte de él al suelo; con el efecto nocivo sobre la flora y las escorrentías que al llover lo arrastran.

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